Mudarse al extranjero para trabajar puede ser una experiencia muy enriquecedora en la vida. Muchos profesionales consideran la reubicación como una gran oportunidad en su carrera. Compañías globales, incluidas las de los campos farmacéutico, biotecnológico, de salud, petróleo, gas, ingeniería y software, también reclutan personal en todo el mundo para encontrar al candidato adecuado.
Hemos creado una lista de verificación de los diez elementos principales que debes tener en cuenta si actualmente estás considerando tomar una asignación en el extranjero.
1- Cambio de estilo de vida:
Una mudanza al exterior podría incluir una variedad de cambios de estilo de vida. Es importante reflexionar cuidadosamente sobre las diferencias de clima, idioma, cultura, ética laboral y calidad de vida. Es mejor hacer algún viaje previo para explorar más el destino y asegurarse que tus necesidades y expectativas se cumplan. Recuerda preguntarte: ¿Mi calidad de vida sería mejor? Si la respuesta es “no”, ¿hay factores que compensarán esto, como una mayor remuneración?
La clave es hacer una investigación previa, mucho mejor con un viaje personal, para asegurarse de saber cómo el cambio de vida podría afectar, a tu familia y tus intereses personales.
2- El aspecto social:
Instalarse en el exterior implicará una pérdida del contacto permanente de nuestra red social existente. Es bueno tener en cuenta el potencial de construir una red de contactos nuevas cuando se cambia de posición laboral. ¿Hay eventos sociales regulares organizados por la compañía que manejará la relocation o por la empresa que te contrata? ¿Hay amigos en esa área ya instalados? ¿El lugar es una ciudad grande o pequeña y aislada?
En cualquier caso, es probable que debas tener una actitud proactiva por un tiempo para asegurarte de conocer nuevos amigos. Puedes averiguar sobre comunidades de expatriados en la zona. Busca maneras de conocer personas afines a través de eventos, cursos y actividades de ocio. Tomará un poco de tiempo antes de que establezcas tu nueva red, pero la experiencia de conocer gente de una nueva comunidad es sin duda invalorable.
3- Considerar el tema de la visa:
Muchos países requieren que obtengas un permiso de trabajo o una visa para trabajar legalmente. Por lo general, necesitarás una oferta de trabajo firme antes de solicitar la visa correspondiente. Los empleadores rutinariamente solicitan una visa en tu nombre, pero esto debe aclararse antes de aceptar un puesto.
Existe una serie de incentivos de movilidad y visas especializadas para trabajadores calificados para alentar a los candidatos extranjeros a ayudar a cubrir la escasez de habilidades locales. Además, algunos países del primer mundo practican un sistema basado en puntos para la calificación de visas para aquellos que desean establecerse permanentemente.
Consulta en la web datos sobre la embajada extranjera para obtener información específica sobre el país al que piensas mudarte. Algunos países requieren un pasaporte que sea válido por un período estipulado después de la fecha de ingreso; por lo tanto, verifica si esto se aplica en tu caso. Si tu empresa contrata una buena compañía de mudanza o relocation, esta información te será brindada directamente por ellos.
4- Finanzas personales y el costo de vida local:
Una vez que te hayan ofrecido un puesto, se te debe dar una idea clara de cuál será tu salario y tus beneficios. Asegúrate de negociar tu salario, de acuerdo con el costo de vida local. Averigua los costos de alquiler de la propiedad local, los costos de la vivienda y de la vida que deberán tenerse en cuenta.
Las cuentas bancarias locales pueden tardar un tiempo en abrirse y pueden requerir una visita en persona. Hay muchos artículos sobre cómo abrir cuentas bancarias para expatriados que se trasladan a una ubicación específica que incluyen los mejores bancos, por lo que debes hacer esta investigación con anticipación. Además, pregunta a tu futuro empleador cómo hará para transferirte tu pago y si ellos se encargarán de la apertura de la cuenta.
5- Costos asociados a la reubicación:
Aclara con tu empleador si cubrirán los costos de relocation. Averigua cuál es el presupuesto y lo que incluye (por ejemplo, envío de muebles, costos de viaje, compra de productos de línea blanca a la llegada). Pregunta si pueden ayudarte con el alojamiento temporal cuando te mudes o, alternativamente, te remitan a una agencia recomendada que pueda ayudarte.
Investiga sobre el costo de los muebles y otros bienes en el país de destino. Si se pueden comprar de forma relativamente económica en la nueva ubicación, puede que no valga la pena llevar los que tienes. Opta por venderlos y comprar nuevos cuando llegues, si es más práctico o económico.
6- Tu empleador y las perspectivas de carrera:
Si estás siendo contratado por una nueva empresa, investiga exhaustivamente quiénes son y averigua tanto como puedas. Puede ser a través de una consultora o de ex empleados o de empleados actuales que desempeñen un trabajo similar al tuyo. ¿Cómo se trabaja en equipo? ¿Cuáles son las opciones de promoción? y ¿cumplen con tus expectativas? Intenta descubrir más sobre la ética de trabajo de tu empleador y cómo coincide con la tuya.
7- Alquilar o vender tu propiedad actual:
Dependiendo de si el puesto que estás solicitando es temporal o permanente, deberás buscar opciones para alquilar o vender tu propiedad existente. Muchos expatriados optan por el alquiler, especialmente si pueden regresar en el futuro. Esto tiene la ventaja de recibir ingresos adicionales. Si no tienes amigos y familiares cerca del lugar donde vives, o no quieres involucrarse con asuntos de inquilinos, lo mejor es buscar una agencia inmobiliaria para administrar el alquiler. Ten en cuenta que esto implicará costos adicionales, por supuesto, pero te permitirá desligarte de los asuntos cotidianos de alquilar un inmueble.
Si es probable que tu mudanza sea más permanente, y quieras comprar en tu nuevo destino, elige una inmobiliaria confiable para vender antes de partir.
8- La familia:
Si te estás mudando solo, seguramente quieras visitar tu país de origen regularmente para ver a tu familia. Ten en cuenta la facilidad y el costo del viaje desde tu nueva ubicación. ¿Qué tan fácil sería volver en una emergencia?
Si tienes una familia con niños o jóvenes que se están trasladando contigo, tendrás que buscar opciones para la educación local, la guardería y el preescolar. ¿Cuáles son las opciones disponibles, los costos y cómo se integrarán allí tus hijos? Si tu puesto es temporal, considera opciones para escuelas internacionales que coincidan con los niveles esperados cuando regresen a casa.
9- Tratados fiscales:
Varios países tienen tratados impositivos bilaterales en vigencia, para determinar la tasa a la que un no residente gravará sus ingresos, pensiones y dividendos cuando se reubique. Esto también evita que debas pagar impuestos en tu país de origen y en el extranjero. Puede haber un período de exención en tu país de acogida y que luego debas aportar al sistema impositivo local. Trabajar en el extranjero también puede afectar tu pensión estatal, así que pregunta en la compañía que te contrata dónde depositará tus aportes.
10- El idioma:
Finalmente, pero no menos importante, es el idioma del país de destino, tanto en el lugar donde trabajarás como en la vida diaria. Cuando te mudes puedes descubrir que eres capaz de comunicarte para cosas básicas, pero si no puedes leer documentos o hacer trámites en oficinas gubernamentales, puesto que no entiendes a tu interlocutor. Antes de mudarte a otro país, intenta encontrar todas las guías online que te expliquen en tu idioma los trámites legales que debes hacer al llegar. También es posible que tengas que firmar largos contratos donde es indispensable que los entiendas correctamente.
El idioma puede ser una gran barrera laboral y social. Si no puedes manejarte en ninguno de los dos ámbitos fluidamente, lo mejor es tomar cursos de idiomas antes de partir o pedirle a la compañía de relocation que te consiga alguna capacitación apenas llegues.
Fuente: